En los terrenos de juego nuestro deportista puede sentir determinadas sensaciones que nos insten a pensar que sufre una lesión muscular u otra. ¿Cómo sabemos si el jugador sufre una rotura de fibras, una contractura o una simple distensión?
Para un diagnóstico más acertado necesitamos disponer de un ecógrafo o una resonancia magnética que verifique el estado del músculo. Sin embargo, la mayoría no tenemos el privilegio de disponer uno de ellos en nuestro centro deportivo.
En este artículo vamos a aprender a diferenciar una distensión muscular y citaremos algunas técnicas para su tratamiento.
El pasado 18 de Noviembre, las selecciones nacionales de fútbol convocaron a sus jugadores para enfrentarse entre ellas en un partido amistoso. Trece jugadores fueron lesionados durante la competición o los entrenamientos con sus respectivos equipos. Uno de ellos fue el jugador del FC Barcelona Rafinha Alcántara:
Rafinha y su distensión o elongación muscular.
“El mediocentro del Barça sigue sin levantar cabeza en cuanto a lesiones se refiere. Tras abandonar la concentración con la selección sub 21 de Brasil, el Barça confirmó que sufre una leve elongación del músculo sartorio de la pierna derecha que le tendrá apartado de los terrenos de juego entre 7 y 10 días de baja” Jesús Fernando Lopez, vía Marca.
Te recomendamos nuestro artículo sobre TRATAMIENTO Y RECUPERACIÓN DE UN DESGARRO MUSCULAR O ROTURA DE FIBRAS.
¿Cómo supo el FC Barcelona que Rafinha tenía una distensión muscular?
El jugador blaugrana arrastraba molestias musculares desde el partido en el que el equipo culé se enfrentaba al Almería, partido en que el Rafinha fue titular. El dolor se acentuó en el primer entrenamiento con la selección brasileña y decidió abandonar la concentración para someterse a las pruebas médicas oportunas.
Una distensión muscular es cuando el músculo se elonga por encima de sus posibilidades fisiológicas, manteniendo su integridad, sin llegar a romperse y sin presentar hematoma. Generalmente, el deportista no recuerda el momento específico de la lesión pero siente dolor y bandas tensas durante o después de la práctica deportiva.
En el momento de la lesión el fisioterapeuta solicita al jugador una contracción activa del músculo afectado, primero con el músculo estirado. El dolor puede ser general o localizado y el estiramiento y contracción no tienen por qué producir dolor en una lesión de esta índole. La palpación del músculo afectado es dolorosa durante los primeros días para el paciente, y el fisioterapeuta notará un aumento de la tonicidad muscular. Generalmente, no hay necesidad de un parón de la actividad deportiva, pero si abandonar el entrenamiento con el grupo para una readaptación más individualizada. Normalmente se soluciona en pocos días.
La hipótesis diagnóstica debería ser contrastada con una ecografía o una resonancia magnética. A las 24 horas tras la lesión será el momento más adecuado para realizar una resonancia magnética en busca de un diagnóstico más exacto. En lesiones como la de Rafinha se observará un aumento de la señal intersticial e intermuscular. No será hasta las pasadas 48 horas tras la lesión el momento más idóneo para establecer un diagnóstico ecográfico. En la prueba se observa una mínima elongación muscular con edema y líquido intersticial.
En éste artículo hemos aprendido que:
Una distensión muscular es cuando el músculo sufre un estiramiento excesivo sin llegar a romperse, por lo que su recuperación se dará en pocos días.
Un signo diferencial con respecto a la rotura de fibras es que el jugador que sufre una distensión no recuerda el momento exacto de la lesión.
En el primer momento de la lesión, el fisioterapeuta explorará al jugador solicitándole una contracción del músculo en estiramiento.